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Experiencia de empleado, el reto de diseñar y crear

Source:Gameifications

Muchas empresas trabajan su “customer journey map” como una herramienta que les ayuda a conocer, interpretar y reflejar las relaciones y experiencias que tiene un usuario con una marca, servicio o producto.

Una mala experiencia de un cliente puede oscurecer hasta doce experiencias positivas, así que todo parece indicar que el ROI (retorno de inversión) en este tipo de mapas, y en conocer al cliente, identificando sus necesidades, intenciones y sus deseos, se hace vital para lograr mejores resultados y sobre todo, mejorar la identificación y valor de nuestra marca.

Las marcas “luchan” por conseguir una marca “inspiracional” donde tener clientes fieles a la marca, y no solo a un producto, servicio o experiencia.

Si miramos hacia dentro, en las organizaciones, nuestro principal cliente y también, la primera conexión con nuestra marca, sería el empleado. ¿Cómo podemos aprovechar toda la metodología y aplicarla a la experiencia de empleado?

El concepto de Employee centricity o Employee Journey Map está presente pero es algo relativamente nuevo, aunque sin duda, desde la visión de recursos humanos, debe y es el principal objetivo, o la visión que queremos desarrollar: generar una experiencia de empleado donde éste, pueda sentirse atraído ya desde su etapa como candidato, y en todo el ciclo de vida de empleado.

Además, si a esto le unimos que estamos en un entorno VUCA, donde todo va a un ritmo tan vertiginoso, y donde la tecnología es la clave, impulsar desde nuestro rol de recursos humanos la mejor experiencia de empleado, y analizando muy bien las necesidades de nuestro principal cliente, no queda otra que trabajar un Employee Journey donde cada empleado pueda vivir una experiencia lo más adaptada a sus necesidades, bajo el “paraguas” de la cultura empresarial. Todo esto nos ayudará en la construcción de marca y sobre todo, un empleado satisfecho, con un mayor “engagement”, comprometido, que repercutirá, sin duda, en un cliente más satisfecho.

Si ponemos un ejemplo de que es el compromiso de un empleado, sería como el “santo grial” donde cada persona que juega un papel en gestión de personas, ya sea desde el propio área de gestión de personas o desde una posición de liderazgo, anhela alcanzar. Todos queremos el “santo grial” pero ¿qué hacemos para conseguir impactar como área y como líder en la motivación y compromiso del empleado?

Ahora sin duda, el reto es diseñar, configurar, la mejor experiencia de empleado,  y comunicar, de forma efectiva, todo eso que hemos construido.

¿Cómo podemos hacer una primera aproximación de este enfoque, que parte del cliente, hacia el empleado?

Foco en el empleado. Si nuestra misión es hacer el mejor lugar para que el empleado de todo lo mejor de sí, ¿por qué no somos coherentes? El modelo de gestión, de liderazgo, tiene que partir del empleado, donde se pueda dar voz y escuchar al empleado, y gestionar sus expectativas, y esto requiere de un esfuerzo en el estilo de liderazgo.

Además,  estamos inmersos en un cambio profundo, donde conviven diferentes estilos de empleado, diferentes generaciones, con diferentes intereses. Los modelos tradicionales de “paquete de beneficios” empiezan a no ser suficiente.  Analizar cuidadosamente las necesidades de nuestro cliente, del empleado, nos ayudará a diseñar procesos donde gestionar mejor sus expectativas, desde la evaluación al desempeño, feedback… (hace poco me decía una amiga, tengo una persona en beca que me demanda feedback casi a diario… aquí surge la pregunta: ¿sirve el modelo tradicional de evaluación con feedback anual?).

Construir una experiencia positiva en todas las fases del ciclo de vida de un empleado, desde el proceso de selección, a todo el conjunto de experiencias que ofrecemos, e incluso, construyendo un proceso de desvinculación o una red de “ex-alumnni” que nos permita generar una experiencia positiva.

La experiencia de empleado debería ir ligada o vinculada a la que generamos para el cliente, y en el entorno actual, los empleados demandan una experiencia más personalizada, más integradora y más vinculada a sus valores ¿qué opináis?.

Más compasión, menos «yo»

 

Cada día permitirnos que nuestro cerebro, de más importancia y ponga foco en nuestras necesidades, en nuestros pensamientos, en nuestras preocupaciones, en nosotros… en el YO más egoísta, hoy os invito a trabajar más la compasión, porque solo dedicando tiempo a ver a los demás, a poner foco en otros y no tanto en nosotros mismos, nos hace valorar todo aquello que somos.

Os dejo una charla interesante de Daniel Goleman sobre la Compasión, espero que os guste. Os invito a poner foco en los demás, empezando por la persona que tenéis junto a vosotros ahora mismo.

Transformación digital, ¿qué papel juega RRHH?

Me considero digital, no por modas, no porque es algo que “queda bien”, porque te hace ser “popular” en un entorno profesional. Me gusta la tecnología, y estar conectada, porque si antes era difícil acceder a la información ahora lo complejo es no acabar “saturado” en la sociedad de la información actual y, aún así, considero que desde cualquier rol u organización, demostrar interés por aprender nuevas cosas, conocer nuevas formas de trabajo, es un “kit básico de supervivencia directiva y profesional”.

Desde la visión que tengo de las organizaciones, la transformación digital no es una necesidad ni una moda, es algo que está ahí, que ha cambiado mucho la forma de interactuar, de comportarnos y de trabajar, y ahora, no es momento de “subirse al carro” de la moda, sino de “impulsar” el cambio, la transformación digital ha llegado para quedarse, y no sé que será dentro de diez años, porque los últimos diez años hemos experimentado cambios tan rápidos en  cuanto a tecnología se refiere, pero sé que quiero estar en este proceso.

La presencia en redes sociales, es para mí una cosa más pero no es el motor ni canal principal.

Como profesionales de recursos humanos,  trabajar y liderar la transformación es uno de los hitos principales, y ahora más, con la transformación digital.  Ahora es una cuestión ya de supervivencia y es un reto bonito conocer cómo se mueve el mercado, que necesitará una empresa para lidiar en el ecosistema digital, y afrontar los retos que ya tenemos y que vendrán.

Si recursos humanos es un socio de negocio, y el modelo de relación con clientes, el proceso de venta, logística, y tantos otros se hace digital, ¿para cuándo recursos humanos se convertirá en digital?

Uno de los primeros pasos sería plantearse qué transformación aborda mi empresa y para qué quiere hacerlo, y después, desde recursos humanos, ¿en qué debemos trabajar para apoyar esta transformación digital en la organización?

A partir de ahí, recursos humanos tiene un papel clave, definir al misión o estrategia, asegurar  que se disponen de los recursos necesarios cuando se requieren, gestionarlo y ayudar en la transformación de la gestión en global, y la gestión de personas en particular, donde entran en juego muchas cosas: diferentes tipos de personas, generaciones, capacidades, intereses…

Y ahora la pregunta va más allá, ¿qué hacemos desde recursos humanos? ¿qué tipo de servicio o soporte estamos dando para impulsar este cambio? ¿es realista con la situación y personas en nuestra empresa? ¿cómo son nuestros procesos de recursos humanos? y aquí me queda una reflexión, como empleados, personas y profesionales de recursos humanos,  ¿cómo de “adaptados a la digitalización ” estamos?

La guerra del talento quedó muy atrás, ahora el reto es afrontar e impulsar esta transformación, y poner al empleado en el centro, al igual que las teorías de “customer centricity”,  “employee centricity” es la clave, y gestionar el “employee journey” cómo se diseña para con nuestros clientes.

¿Cómo de accesibles están los procesos de recursos humanos? si hoy día todo está disponible online, si puedo comunicarme con cualquier equipo de atención al cliente en una red social, ¿qué  puedo hacer para llegar hasta ese profesional de recursos humanos? Ahora recuerdo un libro que me regalaron hace algunos años, ¿quién se ha llevado mi queso? para hacer una analogía, ¿quién está liderando la transformación? ¿quién es recursos humanos?.

 

¿Porque lo llaman excelencia cuando quieren decir exigencia?

Hace unos días observaba a un niño jugando, se mostraba inquieto, y parecía disfrutar pero de pronto, exclamó “nunca lo haré bien, no quiero seguir jugando más”. ¿Qué le llevó a afirmarse así? ¿qué miedos escondía tras esas palabras? ¿para qué no seguir intentándolo? y yo me pregunto, ¿somos lo que hacemos o lo que somos?

yo elijo ser y no sólo hacer, en un mundo en el que todos vamos a un ritmo acelerado, y en ocasiones, no sabemos ni siquiera por qué, yo elijo aprender, equivocarme, y seguir aprendiendo.

La mente del aprendiz, algo que nos ayuda a no dejarnos llevar por la primera interpretación, o por nuestra mente que siempre nos lleva donde quiere, y si nos paramos, dejamos pasar esos pensamientos y nos dedicamos a escuchar lo que conforma nuestra esencia, lo que somos, lo que SOY, mi SER.

Muchas veces en mi discurrir, he elegido otra opción, y sobre todo, mi auto-exigencia me ha llevado a no disfrutar del camino, y ahora sé que puedo elegir,  me gusta aprender, y estoy abierta a conocer más, y lo primero que quiero aprender es saber más sobre mi, y tú ¿dedicas tiempo a SER o a HACER?

Si el niño pierde su interés por aprender, su curiosidad innata, sus ganas de investigar, construiremos adultos con un alto nivel de exigencia y no siempre irá parejo a la excelencia, porque nunca será suficiente.

Hace pocos días me regalaron el re-pensar sobre esta distinción: excelencia/exigencia. Hoy te regalo también a ti esta misma pero sin más presunción que la de llevarte al viaje maravilloso de descubrir más sobre tu ser, y no solo en tu hacer. ¿Quién soy? te invito a aprender, a preguntarte más todo el tiempo.

Silvia Guarnieri y Miriam Ortiz de Zárate en la obra “No es lo mismo” definen excelencia como el cuidado y atención por hacer las cosas lo mejor posible, siendo la excelencia un camino que se recorre poniendo en juego nuestras mejores capacidades y nos da grandes frutos como el aprendizaje mientras la que la exigencia la definen como un camino diferente, en el que la persona exigente no busca tanto el hacer las cosas lo mejor posible como el hacerlas perfectas. Y en este camino, en esta búsqueda, la frustración e insatisfacción son compañeros de viaje, junto con los reproches,  y en el largo discurrir, no nos permitirá ver todo el hermoso bosque con su naturaleza y diferentes tonos, colores y olores, hasta llegar al final del camino, al lugar u objetivo final. ¿Te quieres perder todo ese bello paisaje y aprendizajes por llegar antes a tu objetivo?

Los hombres inteligentes quieren aprender; los demás, enseñar.  Séneca