En la gestión del talento, estamos inmersos en una nueva etapa, una nueva “revolución industrial” solo que ahora, el cambio es tan rápido, que por ejemplo, muchas de las profesiones que conocemos, dejarán de existir y aún no somos capaces de imaginar las nuevas profesiones que vendrán.
Según datos recogidos por el Observatorio para el Empleo en la Era Digital, ocho de cada 10 jóvenes de entre 20 y 30 años encontrarán un empleo relacionado con el ámbito digital en trabajos que aún no existen. Además, cada día leemos noticias de estudios que señalan la robotización de muchos de los trabajos que conocemos hoy.
En todo este proceso, y en un mundo de posmodernidad o modernidad tardía, como plantea la tesis del profesor Zygmunt Bauman, y en un mundo tan cambiante, la flexibilidad y adaptación son factores de éxito.
Llevado a la empresa, todos aquellos que se puedan adaptar, y sean capaces de autoliderarse, conociéndose bien, podrán adaptarse al mundo cambiante que nos rodea. El cambio es lo único que parece estable en este caos y sociedad global, donde algo que ocurre a miles de kilómetros de donde vivimos, nos afecta e incluso, nos arrastra, como un gran tsunami.
Por eso, me pregunto, ¿cuáles serán los retos para el talento en las organizaciones? A priori, tener ganas de auto-liderarse, y tener “mente de aprendiz”, que nos ayude a gestionar nuestro ego, y que nos permita adaptarnos y aprender, porque solo con una mente abierta, con ganas de descubrir, como la de un niño, podremos aprender y adaptarnos a los retos del futuro.
Reconocer las emociones que nos invaden, mostrar compasión, con nuestra mente y nosotros mismos en primer lugar, nos ayudará a mantener la mente de principiante, a reinterpretar las situaciones desde nuevos puntos de vistas, a estar abiertos a entender otras posiciones, empatizar, y a aceptar, sin huir ni rechazar situaciones sino observando, con una mente libre de juicios.
Las personas son para mí la clave del éxito de muchas cosas, y la empresa también debe adaptarse a los cambios, y a impulsar organizaciones y líderes que se conozcan, ayudándoles y permitiendo que muestren valores y compasión. Organizaciones que permitan el error, como forma de aprendizaje.
La resiliencia, gestión emocional, y capacidad de adaptación serán competencias clave para el futuro, y desde Recursos Humanos, tenemos que ser cómo el garante de esa “mente de principiante” que nos permite desarrollar a personas y dotarlas de herramientas para que aflore todo su potencial.
¿Qué opináis? Cómo decía Bruce Lee, Be water my friend! os dejo el vídeo.