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Resiliencia

En estos últimos días, semanas, estamos todos inmersos en una situación relativamente «nueva» para todos nosotros.  El confinamiento y aislamiento social que nos ha traído este nuevo virus, Covid19 está cambiando mucho nuestra rutina, pero sobre todo, está poniendo a prueba nuestra mente, nuestra resilencia.

Según la RAE, residencia es la «capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos», sin duda está definición coincide con el momento vital que estamos afrontando muchos de nosotros. Ser resilente para adaptar nuestra vida, nuestra convivencia, nuestra capacidad de estar con los demás, o no, nuestra forma de afrontar una situación, más allá de la grave crisis humana y económica e incluso diría de orden mundial que estamos viviendo. 

En esta nueva etapa que estamos viviendo, sobre todo tenemos muchas oportunidades para «repensar» qué queremos SER y, quizás, dejar a un lado el HACER, y sobre todo, pensar y dedicar tiempo a cuidarnos, a conocernos más. 

Hoy me han regalado esta bonita fábula, del helecho y el bambú, y creo que merece la pena compartirla en estos momentos, y que trabajamos nuestra resilencia, espero que os guste.

¿Porque lo llaman excelencia cuando quieren decir exigencia?

Hace unos días observaba a un niño jugando, se mostraba inquieto, y parecía disfrutar pero de pronto, exclamó “nunca lo haré bien, no quiero seguir jugando más”. ¿Qué le llevó a afirmarse así? ¿qué miedos escondía tras esas palabras? ¿para qué no seguir intentándolo? y yo me pregunto, ¿somos lo que hacemos o lo que somos?

yo elijo ser y no sólo hacer, en un mundo en el que todos vamos a un ritmo acelerado, y en ocasiones, no sabemos ni siquiera por qué, yo elijo aprender, equivocarme, y seguir aprendiendo.

La mente del aprendiz, algo que nos ayuda a no dejarnos llevar por la primera interpretación, o por nuestra mente que siempre nos lleva donde quiere, y si nos paramos, dejamos pasar esos pensamientos y nos dedicamos a escuchar lo que conforma nuestra esencia, lo que somos, lo que SOY, mi SER.

Muchas veces en mi discurrir, he elegido otra opción, y sobre todo, mi auto-exigencia me ha llevado a no disfrutar del camino, y ahora sé que puedo elegir,  me gusta aprender, y estoy abierta a conocer más, y lo primero que quiero aprender es saber más sobre mi, y tú ¿dedicas tiempo a SER o a HACER?

Si el niño pierde su interés por aprender, su curiosidad innata, sus ganas de investigar, construiremos adultos con un alto nivel de exigencia y no siempre irá parejo a la excelencia, porque nunca será suficiente.

Hace pocos días me regalaron el re-pensar sobre esta distinción: excelencia/exigencia. Hoy te regalo también a ti esta misma pero sin más presunción que la de llevarte al viaje maravilloso de descubrir más sobre tu ser, y no solo en tu hacer. ¿Quién soy? te invito a aprender, a preguntarte más todo el tiempo.

Silvia Guarnieri y Miriam Ortiz de Zárate en la obra “No es lo mismo” definen excelencia como el cuidado y atención por hacer las cosas lo mejor posible, siendo la excelencia un camino que se recorre poniendo en juego nuestras mejores capacidades y nos da grandes frutos como el aprendizaje mientras la que la exigencia la definen como un camino diferente, en el que la persona exigente no busca tanto el hacer las cosas lo mejor posible como el hacerlas perfectas. Y en este camino, en esta búsqueda, la frustración e insatisfacción son compañeros de viaje, junto con los reproches,  y en el largo discurrir, no nos permitirá ver todo el hermoso bosque con su naturaleza y diferentes tonos, colores y olores, hasta llegar al final del camino, al lugar u objetivo final. ¿Te quieres perder todo ese bello paisaje y aprendizajes por llegar antes a tu objetivo?

Los hombres inteligentes quieren aprender; los demás, enseñar.  Séneca

 

Propósitos para 2017

Propósitos 2017

Comenzamos un nuevo año, y cómo es habitual, nos llenamos de buenos propósitos, deseos y ganas de compartir con los demás.

Te propongo un reto, ¿te atreves? deja tus miedos fuera y piensa qué quieres hacer para este nuevo año, ¿cuál es tu objetivo o meta? y después, hazte esta pregunta ¿quién es la persona más importante de tu vida?, y seguro que te vendrán muchas imágenes de personas cercanas y a las que amas pero piensa de nuevo, ¿quién es esa persona?. Aunque suene algo egoísta o extraño desde nuestra percepción, TÚ eres la persona más importante de tu vida.

Sí, date el protagonismo y deja que esta persona sea el centro de tu vida, y para ello, te propongo el reto de conocerla, explorar sus caminos, su forma de ser, qué siente, porque te permitirá conocer bien a la persona más importante de tu vida, y después podrás afrontar todo lo demás. 

Mantén un diálogo profundo con lo que eres, con tu ser, con tu esencia, y después, podrás trabajar en qué quieres hacer, cuál es tu meta, y trazar tu plan para lograrlo, y también para no olvidarlo, sí, para no olvidarlo, porque a veces, dejamos de dedicar tiempo a lo que queremos y olvidamos qué objetivo queríamos lograr.

“Conócete a ti mismo”, esta cita, con diferentes teorías sobre su origen y que estaba inscrito en el templo de Apolo, en Delfos, ya es algo que alguna persona, en algún momento, hace muchos siglos,  ya se planteó. Y sigue de actualidad y es de gran valía para reflexionar. Así que este año te propongo un reto, y te pido que lo aceptes, sin miedo, con ganas por descubrir y aprender, y quererte y conocerte bien durante este año, y después, todo lo demás acompañará.

En 2017, afronta nuevos retos, toma riesgos, reduce tus miedos, amplia tu zona de confort, haz cosas que te gusten por y para ti, busca tus «para qué» y experimenta, mantén la «mente de aprendiz o de niño» y déjate sorprender, porque cada vez que te sorprendas, darás oportunidad a tu mente para aprender y disfrutar.

Te deseo mucho éxito en este proceso, y confío en qué podrás lograrlo, ¿te atreves?