Archivo de la categoría: coaching

Nuestra naturaleza, nuestro mayor valor

 

Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose.

El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó. Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: «Perdone, ¡pero usted es terco! – ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?».

El maestro respondió:  «La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar».

Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

Este cuento oriental nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza de todas las cosas, y también la nuestra, y si nuestra naturaleza es “cuidar o amar” al otro, y es algo que viene de serie cuando nacemos, ¿por qué luchamos contra ello?.

En las organizaciones pasa algo similar, partimos de una naturaleza común, como individuos y estamos inmersos en una cultura organizacional donde compartimos, aunque no siempre, unos valores comunes. Por tanto, desde el punto de vista de la gestión de personas, también se hace necesario cuidar y trabajar sobre la base y la naturaleza de cada uno de las personas que componen los equipos, los departamentos, y la organización.

Esta historia nos lleva también a otra moraleja, no solo el respetar y entender que cada uno de nosotros tiene una naturaleza y algo que le hace único, sino que debemos aceptar a cada uno con su naturaleza y tal y cómo es.

Y eso me lleva a reflexionar sobre las distintas relaciones que existen y se dan en una organización, y la necesidad de trabajar competencias como la empatía, el saber entender y comprender el punto de vista de los demás, sin menospreciar ni enjuiciar, y gestionar las expectativas.

Como personas, tenemos la tendencia a imaginar situaciones ideales, construcciones que existen en nuestras mentes, y si no se cumplen nuestras expectativas, nos enfadamos, nos frustramos o nos entristecemos.

Es importante mantener nuestra naturaleza y no enfadarnos porque aquellos con los que convivimos, trabajamos en el mundo empresarial, no cumplen aquellas expectativas que nos hemos creado.

Es común en muchas organizaciones que la comunicación no sea correcta, y eso en la gestión de personas es vital, ayudar a que las personas construyan conversaciones “poderosas” donde dejen de lado juicios o creencias, expectativas irreales, o bien, trasmitan cuáles son de verdad esas expectativas,  ya que esto ayudaría a resolver muchos problemas que se dan en el día a día.

Muchas veces continuamos alimentando la frustración sobre expectativas que solo nosotros conocemos, y repetimos una y otra vez un patrón de comportamiento, aunque los resultados siempre sean iguales, y esto trasladado a equipos de trabajo puede ser dañino para cualquier intento de colaboración. Muchas veces, antes de colaborar, con nuestras creencias, expectativas, ya se ha eliminado toda oportunidad de colaborar.

Revisa cuál es tu naturaleza, y cuida la principal que marca lo que es un ser humano: dar amor,  desde la compasión y amor por los demás, seguramente te resulte más fácil trabajar, colaborar, y sobre todo, responder ante una determinada situación o conversación.

Recuerda tu naturaleza,  y tu esencia, si recordamos que todos estamos unidos por la capacidad que poseemos para amar,  muchas relaciones personales y profesionales, podrán basarse más en la colaboración y menos en la competición.

¿Porque lo llaman excelencia cuando quieren decir exigencia?

Hace unos días observaba a un niño jugando, se mostraba inquieto, y parecía disfrutar pero de pronto, exclamó “nunca lo haré bien, no quiero seguir jugando más”. ¿Qué le llevó a afirmarse así? ¿qué miedos escondía tras esas palabras? ¿para qué no seguir intentándolo? y yo me pregunto, ¿somos lo que hacemos o lo que somos?

yo elijo ser y no sólo hacer, en un mundo en el que todos vamos a un ritmo acelerado, y en ocasiones, no sabemos ni siquiera por qué, yo elijo aprender, equivocarme, y seguir aprendiendo.

La mente del aprendiz, algo que nos ayuda a no dejarnos llevar por la primera interpretación, o por nuestra mente que siempre nos lleva donde quiere, y si nos paramos, dejamos pasar esos pensamientos y nos dedicamos a escuchar lo que conforma nuestra esencia, lo que somos, lo que SOY, mi SER.

Muchas veces en mi discurrir, he elegido otra opción, y sobre todo, mi auto-exigencia me ha llevado a no disfrutar del camino, y ahora sé que puedo elegir,  me gusta aprender, y estoy abierta a conocer más, y lo primero que quiero aprender es saber más sobre mi, y tú ¿dedicas tiempo a SER o a HACER?

Si el niño pierde su interés por aprender, su curiosidad innata, sus ganas de investigar, construiremos adultos con un alto nivel de exigencia y no siempre irá parejo a la excelencia, porque nunca será suficiente.

Hace pocos días me regalaron el re-pensar sobre esta distinción: excelencia/exigencia. Hoy te regalo también a ti esta misma pero sin más presunción que la de llevarte al viaje maravilloso de descubrir más sobre tu ser, y no solo en tu hacer. ¿Quién soy? te invito a aprender, a preguntarte más todo el tiempo.

Silvia Guarnieri y Miriam Ortiz de Zárate en la obra “No es lo mismo” definen excelencia como el cuidado y atención por hacer las cosas lo mejor posible, siendo la excelencia un camino que se recorre poniendo en juego nuestras mejores capacidades y nos da grandes frutos como el aprendizaje mientras la que la exigencia la definen como un camino diferente, en el que la persona exigente no busca tanto el hacer las cosas lo mejor posible como el hacerlas perfectas. Y en este camino, en esta búsqueda, la frustración e insatisfacción son compañeros de viaje, junto con los reproches,  y en el largo discurrir, no nos permitirá ver todo el hermoso bosque con su naturaleza y diferentes tonos, colores y olores, hasta llegar al final del camino, al lugar u objetivo final. ¿Te quieres perder todo ese bello paisaje y aprendizajes por llegar antes a tu objetivo?

Los hombres inteligentes quieren aprender; los demás, enseñar.  Séneca

 

Propósitos para 2017

Propósitos 2017

Comenzamos un nuevo año, y cómo es habitual, nos llenamos de buenos propósitos, deseos y ganas de compartir con los demás.

Te propongo un reto, ¿te atreves? deja tus miedos fuera y piensa qué quieres hacer para este nuevo año, ¿cuál es tu objetivo o meta? y después, hazte esta pregunta ¿quién es la persona más importante de tu vida?, y seguro que te vendrán muchas imágenes de personas cercanas y a las que amas pero piensa de nuevo, ¿quién es esa persona?. Aunque suene algo egoísta o extraño desde nuestra percepción, TÚ eres la persona más importante de tu vida.

Sí, date el protagonismo y deja que esta persona sea el centro de tu vida, y para ello, te propongo el reto de conocerla, explorar sus caminos, su forma de ser, qué siente, porque te permitirá conocer bien a la persona más importante de tu vida, y después podrás afrontar todo lo demás. 

Mantén un diálogo profundo con lo que eres, con tu ser, con tu esencia, y después, podrás trabajar en qué quieres hacer, cuál es tu meta, y trazar tu plan para lograrlo, y también para no olvidarlo, sí, para no olvidarlo, porque a veces, dejamos de dedicar tiempo a lo que queremos y olvidamos qué objetivo queríamos lograr.

“Conócete a ti mismo”, esta cita, con diferentes teorías sobre su origen y que estaba inscrito en el templo de Apolo, en Delfos, ya es algo que alguna persona, en algún momento, hace muchos siglos,  ya se planteó. Y sigue de actualidad y es de gran valía para reflexionar. Así que este año te propongo un reto, y te pido que lo aceptes, sin miedo, con ganas por descubrir y aprender, y quererte y conocerte bien durante este año, y después, todo lo demás acompañará.

En 2017, afronta nuevos retos, toma riesgos, reduce tus miedos, amplia tu zona de confort, haz cosas que te gusten por y para ti, busca tus «para qué» y experimenta, mantén la «mente de aprendiz o de niño» y déjate sorprender, porque cada vez que te sorprendas, darás oportunidad a tu mente para aprender y disfrutar.

Te deseo mucho éxito en este proceso, y confío en qué podrás lograrlo, ¿te atreves?

¿Eres de los que se mueven o de los que se dejan llevar?

 

Acción

En coaching, una de las claves es la acción, y en general, para todo en la vida. Muchas veces, por no decir siempre, estamos condicionados, y no dejamos que el niño interior que todos tenemos, se ponga en marcha.

Creencias, juicios, condicionamientos, miedos y otros entran en juego cuando tenemos que ponernos en acción. Y no sé siempre la teoría de juegos, puede ayudar a que decidamos rápidamente lo que nos encaja mejor.

Como Hamlet, Principe de Dinamarca, nos encontramos en la encrucijada, “ser o no ser”, “tomar acción o no”, esa es la cuestión.  Pero,  ¿te has planteado alguna veces cuál es tu meta? Sin este primer paso, a veces es complejo parar, y tomar distancia, salirnos de “nuestro observador habitual”  y poder ver una determinada situación de otra forma, indagar y observar la realidad desde un nuevo paradigma o perspectiva, que sin duda, nos ayudará a afrontar los retos.

Esto también sucede con las organizaciones, analizamos, identificamos, y hasta “desarrollamos” el potencial y talento interno pero muchas veces, el análisis y la identificación se quedan en eso, en “poner una etiqueta” a alguien si es talento pero, sin duda, sería necesario revisar qué es talento para la organización, el mercado donde actuamos, y talento que sea diferente. No siempre el mejor talento está identificado o es visible, hay mucha gente talentosa en la organización que engloba el denominado “talento oculto”.

Desde recursos humanos podemos definir, crear, identificar estrategias de la gestión del talento, más sin ayuda de los gestores de personas, esos líderes que gestionan no solo la cuenta de resultados sino equipos de profesionales, no haríamos nada.

Quizás un primer paso es ayudar a estas personas, con su rol clave en la gestión del talento, en cómo identificar y desarrollar talento, quizás con un paso primordial, la gestión del equipo como el prisma de “co-crear”, donde el líder con preguntas y retando al equipo, no ofrezca soluciones sino retos al equipo para poder llevar a la acción, “empoderando” a las personas.

¿Qué opináis?