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Mi experiencia con HRCI

El año pasado tuve la suerte de conocer a grandes profesionales de RRHH y comenzar a preparar la Certificación HRCI SPHRI en España. Son diferentes tipos de certificaciones que establecen un marco común para los profesionales de Recursos Humanos.

Las certificaciones son reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional que validan las aptitudes, habilidades y capacidades de los profesionales de RRHH. Tras compartir unas jornadas con diferentes profesionales, tuve claro que era una buena oportunidad de «poner a prueba mis conocimientos de Recursos Humanos» y decidí preparar el examen.

En España, empresas como 2mprogress  ayudan a los profesionales en el proceso de preparación para la obtención de las mismas. Tras pensarlo, y valorar qué supone una certificación así, a nivel profesional, el pasado mes de septiembre, hice el examen y obtuve mi certificación SPHRI.

¿Qué supuso para mi esta certificación? primero, es un orgullo haber sido la primera mujer en superar este examen y certificarme en España pero además, y más importante, es un reconocimiento sobre lo mucho que me apasiona todo lo relacionado con la gestión de personas y recursos humanos, y pone en valor estos conocimientos sobre un marco común y un temario que engloba todas las áreas de gestión dentro de recursos humanos, y que permite tener un «marco común» para todos los profesionales certificados.

Hace unas semanas tuve la oportunidad de participar en el II foro de certificaciones internacionales en Recursos Humanos HRCI, donde tuvimos la oportunidad de compartir este foro con grandes profesionales de RRHH y  que contó con Amy S. Dufrane, CEO global de HRCI; Laura Middleton, CEO de HRCP, entidad que gestiona la formación para preparar la certificación y que es un ente diferente a HRCI, además de contar con grandes profesionales como Juan Carlos Cubeiro, Head of Talent de ManpowerGroup y  Salvador Ibáñez, country manager del Top Employers Institute; entre otros.

Gracias a todas las personas que han participado en el organización de este evento, a Campus Puente Nuevo (Universidad Corporativa de Gas Natural Unión Fenosa) por realizarlo en sus instalaciones.

Enhorabuena a todos los que compartieron también alguno de los premios concedidos por HRCI y 2mprogress por las certificaciones.

 

 

 

Experiencia de empleado, el reto de diseñar y crear

Source:Gameifications

Muchas empresas trabajan su “customer journey map” como una herramienta que les ayuda a conocer, interpretar y reflejar las relaciones y experiencias que tiene un usuario con una marca, servicio o producto.

Una mala experiencia de un cliente puede oscurecer hasta doce experiencias positivas, así que todo parece indicar que el ROI (retorno de inversión) en este tipo de mapas, y en conocer al cliente, identificando sus necesidades, intenciones y sus deseos, se hace vital para lograr mejores resultados y sobre todo, mejorar la identificación y valor de nuestra marca.

Las marcas “luchan” por conseguir una marca “inspiracional” donde tener clientes fieles a la marca, y no solo a un producto, servicio o experiencia.

Si miramos hacia dentro, en las organizaciones, nuestro principal cliente y también, la primera conexión con nuestra marca, sería el empleado. ¿Cómo podemos aprovechar toda la metodología y aplicarla a la experiencia de empleado?

El concepto de Employee centricity o Employee Journey Map está presente pero es algo relativamente nuevo, aunque sin duda, desde la visión de recursos humanos, debe y es el principal objetivo, o la visión que queremos desarrollar: generar una experiencia de empleado donde éste, pueda sentirse atraído ya desde su etapa como candidato, y en todo el ciclo de vida de empleado.

Además, si a esto le unimos que estamos en un entorno VUCA, donde todo va a un ritmo tan vertiginoso, y donde la tecnología es la clave, impulsar desde nuestro rol de recursos humanos la mejor experiencia de empleado, y analizando muy bien las necesidades de nuestro principal cliente, no queda otra que trabajar un Employee Journey donde cada empleado pueda vivir una experiencia lo más adaptada a sus necesidades, bajo el “paraguas” de la cultura empresarial. Todo esto nos ayudará en la construcción de marca y sobre todo, un empleado satisfecho, con un mayor “engagement”, comprometido, que repercutirá, sin duda, en un cliente más satisfecho.

Si ponemos un ejemplo de que es el compromiso de un empleado, sería como el “santo grial” donde cada persona que juega un papel en gestión de personas, ya sea desde el propio área de gestión de personas o desde una posición de liderazgo, anhela alcanzar. Todos queremos el “santo grial” pero ¿qué hacemos para conseguir impactar como área y como líder en la motivación y compromiso del empleado?

Ahora sin duda, el reto es diseñar, configurar, la mejor experiencia de empleado,  y comunicar, de forma efectiva, todo eso que hemos construido.

¿Cómo podemos hacer una primera aproximación de este enfoque, que parte del cliente, hacia el empleado?

Foco en el empleado. Si nuestra misión es hacer el mejor lugar para que el empleado de todo lo mejor de sí, ¿por qué no somos coherentes? El modelo de gestión, de liderazgo, tiene que partir del empleado, donde se pueda dar voz y escuchar al empleado, y gestionar sus expectativas, y esto requiere de un esfuerzo en el estilo de liderazgo.

Además,  estamos inmersos en un cambio profundo, donde conviven diferentes estilos de empleado, diferentes generaciones, con diferentes intereses. Los modelos tradicionales de “paquete de beneficios” empiezan a no ser suficiente.  Analizar cuidadosamente las necesidades de nuestro cliente, del empleado, nos ayudará a diseñar procesos donde gestionar mejor sus expectativas, desde la evaluación al desempeño, feedback… (hace poco me decía una amiga, tengo una persona en beca que me demanda feedback casi a diario… aquí surge la pregunta: ¿sirve el modelo tradicional de evaluación con feedback anual?).

Construir una experiencia positiva en todas las fases del ciclo de vida de un empleado, desde el proceso de selección, a todo el conjunto de experiencias que ofrecemos, e incluso, construyendo un proceso de desvinculación o una red de “ex-alumnni” que nos permita generar una experiencia positiva.

La experiencia de empleado debería ir ligada o vinculada a la que generamos para el cliente, y en el entorno actual, los empleados demandan una experiencia más personalizada, más integradora y más vinculada a sus valores ¿qué opináis?.

Transformación digital, ¿qué papel juega RRHH?

Me considero digital, no por modas, no porque es algo que “queda bien”, porque te hace ser “popular” en un entorno profesional. Me gusta la tecnología, y estar conectada, porque si antes era difícil acceder a la información ahora lo complejo es no acabar “saturado” en la sociedad de la información actual y, aún así, considero que desde cualquier rol u organización, demostrar interés por aprender nuevas cosas, conocer nuevas formas de trabajo, es un “kit básico de supervivencia directiva y profesional”.

Desde la visión que tengo de las organizaciones, la transformación digital no es una necesidad ni una moda, es algo que está ahí, que ha cambiado mucho la forma de interactuar, de comportarnos y de trabajar, y ahora, no es momento de “subirse al carro” de la moda, sino de “impulsar” el cambio, la transformación digital ha llegado para quedarse, y no sé que será dentro de diez años, porque los últimos diez años hemos experimentado cambios tan rápidos en  cuanto a tecnología se refiere, pero sé que quiero estar en este proceso.

La presencia en redes sociales, es para mí una cosa más pero no es el motor ni canal principal.

Como profesionales de recursos humanos,  trabajar y liderar la transformación es uno de los hitos principales, y ahora más, con la transformación digital.  Ahora es una cuestión ya de supervivencia y es un reto bonito conocer cómo se mueve el mercado, que necesitará una empresa para lidiar en el ecosistema digital, y afrontar los retos que ya tenemos y que vendrán.

Si recursos humanos es un socio de negocio, y el modelo de relación con clientes, el proceso de venta, logística, y tantos otros se hace digital, ¿para cuándo recursos humanos se convertirá en digital?

Uno de los primeros pasos sería plantearse qué transformación aborda mi empresa y para qué quiere hacerlo, y después, desde recursos humanos, ¿en qué debemos trabajar para apoyar esta transformación digital en la organización?

A partir de ahí, recursos humanos tiene un papel clave, definir al misión o estrategia, asegurar  que se disponen de los recursos necesarios cuando se requieren, gestionarlo y ayudar en la transformación de la gestión en global, y la gestión de personas en particular, donde entran en juego muchas cosas: diferentes tipos de personas, generaciones, capacidades, intereses…

Y ahora la pregunta va más allá, ¿qué hacemos desde recursos humanos? ¿qué tipo de servicio o soporte estamos dando para impulsar este cambio? ¿es realista con la situación y personas en nuestra empresa? ¿cómo son nuestros procesos de recursos humanos? y aquí me queda una reflexión, como empleados, personas y profesionales de recursos humanos,  ¿cómo de “adaptados a la digitalización ” estamos?

La guerra del talento quedó muy atrás, ahora el reto es afrontar e impulsar esta transformación, y poner al empleado en el centro, al igual que las teorías de “customer centricity”,  “employee centricity” es la clave, y gestionar el “employee journey” cómo se diseña para con nuestros clientes.

¿Cómo de accesibles están los procesos de recursos humanos? si hoy día todo está disponible online, si puedo comunicarme con cualquier equipo de atención al cliente en una red social, ¿qué  puedo hacer para llegar hasta ese profesional de recursos humanos? Ahora recuerdo un libro que me regalaron hace algunos años, ¿quién se ha llevado mi queso? para hacer una analogía, ¿quién está liderando la transformación? ¿quién es recursos humanos?.

 

Tendencias Recursos Humanos para 2017

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Como cada año, diciembre en un mes que nos provoca para pensar en nuevos proyectos, revisar qué hemos hecho a nivel profesional durante el año, cómo lo hemos hecho y plantearnos nuevos retos para el siguiente año.

Recursos humanos no es un área que deba ser diferente, y pensar qué hacer para el futuro, analizar tendencias y revisar lo que hemos hecho, tampoco debería ser distinto.

Una de las tendencias clave en esta era digital en la que estamos inmersos, rodeados de tecnología y con cambios que son muy rápidos, la digitalización y adaptación a este entorno volátil es algo relevante, donde ya no tenemos la seguridad de antaño, y desde Recursos Humanos tenemos que trabajar para ayudar en este proceso, a nuestro principal cliente interno: el empleado.

Hace unos días revisaba el informe de Bersin con las predicciones para 2017 en RRHH y que os resumo brevemente ahora:

  • Diseño organizacional en cambio. Adaptar la organización en la era digital en grupos pequeños de trabajo, centrado en cliente y donde diseñemos organizaciones que faciliten estos entornos donde haya mucha interrelación.
  • El compromiso y cultura corporativa, una prioridad top para este año. Las organizaciones deben centrarse en definir su cultura y definir sistemas de recompensa asociados a ello.
  • Feedback en tiempo real y el boom de analítica. Medir, entender y mejorar el compromiso, con feedback en tiempo real y explotando toda la información de datos, tendencia ya real en otras áreas de negocio.
  • Nueva generación del modelo de evaluación del desempeño. Mayor desarrollo de herramientas de performance management, que permitan una gestión ágil y que permita un feedback adecuado y en tiempo.
  • Foco en desarrollo y “well-being” parte clave en la gestión de talento y en recursos humanos. Nacen nuevos programas enfocados al cuidado y conciliación.
  • Experiencia de empleado. Como empresas utilizan la experiencia de cliente y usabilidad, recursos humanos tiene que crear y diseñar políticas donde el foco esté en la experiencia de empleado, durante todo el ciclo de vida en la organización. Ofrecer experiencias de calidad, embajadores de marca.
  • Digital learning y sistemas de recursos humanos. Aplicar más la parte digital en procesos y herramientas de recursos humanos y aplicarlo en formación y desarrollo, incrementar el uso de soluciones sencillas, rápidas y que permitan más transparencia y compartir información en tiempo real.
  • Diversidad, factor clave, no solo la inclusión sino que sea una prioridad y que recursos humanos sea capaz de identificar ese talento diverso, y ayudarles en su desarrollo y gestión
  • Cambio en el modelo de liderazgo. Nuevas generaciones con diferentes aspiraciones conviviendo, y por ende cambios en la definición tradicional de liderazgo presente en tantas organizaciones.
  • Mejorar la experiencia en formación y desarrollo. Función en continuo desarrollo y cambio, ayudando a los empleados de todos los niveles en su desarrollo.
  • El futuro del trabajo está en un momento crucial. Y la función de recursos humanos también, re-diseño de puestos de trabajo, impacto real de la función de recursos humanos en todo el proceso, y tomar un mayor peso desde nuestro rol.

Resulta interesante revisar y plantearse nuevos objetivos y proyectos para 2017, ¿has empezado ya con ello?.

 

Todos necesitamos una misión

Cultura empresarial

Cultura empresarial

Una definición sencilla de misión sería aquella que la define “nuestro propósito general” o “nuestra razón de ser”. El mundo empresarial, existen muchas formas de explicarlo y casi toda gran corporación tiene su misión, que junto con sus valores, conforma la entidad o el “ser” de lo que es la empresa.

El hacer aquí sería “cómo actuamos, como desarrolla su actividad la empresa”, esos comportamientos que dan forma a la cultura organizacional y que se apoya en unos valores.

¿Tienes tu misión clara? Desde el coaching por ejemplo, trabajamos con objetivo y si no lo hay, no habría proceso de coaching, así que sin tu misión, ¿cómo podrás lograr tus objetivos?, y en el mundo empresarial, para que las empresas consigan mayores “fans” si hablamos en términos actuales del mundo digital, o embajadores de su marca, hay que buscar en el “ser” profundo de la organización y encontrar una misión y valores que den forma a la cultura empresarial, y lograr que nuestros primeros embajadores, los empleados, crean en esa misión y valores, y se refleje con su compromiso, con sus comportamientos.

Muchas veces existe una cultura formal y otra “informal” que subyace dentro de cada equipo, división, departamento u organización, y es importante que busquemos como aunar lo mejor de todo ello, dotando de herramientas a las personas que forman la organización pero siempre con la base de la misión y valores compartidos, porque sin ese “patrón compartido” es difícil que nos sintamos identificados, como individuos, con la organización, y por ende, muchas teorías afirmarán que el compromiso no está o no se da.

Sabemos que existen muchos métodos para medir el compromiso de los empleados, desde una encuesta de clima, análisis de indicadores como rotación o en la actualidad, donde las redes sociales y la digitalización generan un entorno rápido y muy cambiante, se dan herramientas que intentan medir, en tiempo real, como se siente el empleado con respecto al compromiso con su organización.

¿Tenemos que esperar a que un empleado nos entregue su carta de baja voluntaria? ¿Podemos trabajar como marca empleadora el valor que damos a los empleados? Y por supuesto, qué se sientan “parte de algo”, parte de esa misión, y esos valores, es un paso esencial para poder desarrollar compromiso, qué desde mi punto de vista, y como el talento, uno no solo busca atraer a los mejores, sino desarrollarlos, pero por supuesto, que se comprometan, se sientas cómodos y puedan dar lo mejor de sí mismos.

Es por eso, donde el desarrollo de esta misión y cómo se trasmite en todas las partes y personas que componen la organización, es un factor clave de éxito para generar compromiso.

 

 

Cuando el miedo aparece, el talento se diluye

miedoEn muchas organizaciones se trabaja desde la cultura del miedo, y no nos equivoquemos, todos hemos sentido miedo alguna vez, y el miedo a su vez, es parte del avance de nuestra especie, el ser humano.

Y las organizaciones, al menos hasta hoy día, se componen de personas, seres humanos con sus miedos, preocupaciones, desazones, ilusiones, objetivos y esperanzas.

El miedo nos has ayudado a nuestra supervivencia pero en el mundo empresarial y en nuestro mundo actual, ¿es efectivo para que los profesionales den lo mejor de sí mismos?

“Trata a un hombre tal y como es y seguirá siendo lo que es. Trata a un hombre como puede ser y debe ser y se convertirá en lo que puede y debe ser”. Johann Wolfgang Goethe. Poeta y dramaturgo alemán.

El miedo es una emoción básica, que se produce cuando sentimos una sensación desagradable por la percepción de un peligro, y esto puede ser real, cuando sentimos que un coche viene a gran velocidad y nos podemos chocar, pero también, y puede generarse por algo que “creemos que va a pasar”. Este sin duda, es el miedo que más daño nos puede causar, y puede paralizarnos.

En muchas organizaciones, el miedo es parte de su cultura, es parte de la forma o estilo de gestión, y puede causar un gran daño, a la larga. Muchas veces, evitamos tomar riesgos, asumir nuevos retos, o decir, simplemente, que ese proceso no es bueno, y que podría llevar a una mayor eficacia y seguramente, mejores resultados.

Este miedo puede ser un gran lastre, y puede frenar nuestro talento, y a aquellos que gestionan equipos, si generan ese miedo, pueden reducir y sin duda parar, el talento de su equipo.

Y no nos olvidemos, el talento sin confianza, no trabajará. Cuando el miedo aparece, el talento se desvanece, salta por la ventana o choca contra un gran muro en mitad de un gran abismo.

El gran antídoto contra el miedo es la confianza, tener confianza en tu entorno, en tus compañeros, en tu jefe, sentir que si erras, hay todo un hermoso aprendizaje detrás, y que siempre te quedará esa red, compañeros, jefes, organización, que te proteja y que considere que el éxito no es algo inmediato, y que todo proceso tiene hermosos aprendizajes.

Desde recursos humanos, uno de los nuestros mayores retos y sin duda, algo que hace que aportemos valor es poder generar entornos y culturas que permitan el error, donde haya confianza, y se permita que el talento no se oculte frente al miedo.

¿Qué os parece?

¿Cómo será el futuro de la gestión del talento?

Hoy día, no todos los profesionales de Recursos Humanos coinciden en una única definición de Talento, y sin duda, veremos venir nuevas formas de definirlo, y seguramente nuevas formas de gestionarlo.

Ahora estamos empezando a plantearnos cómo será el talento de futuro, qué aspectos serán de gran importancia y vitales para triunfar, qué organizaciones sobrevivirán a los próximos cinco o diez años o qué nuevas herramientas cambiarán la forma en la que ahora entendemos las relaciones con las personas, y por supuesto, en los negocios y la gestión de personas.

Hay nuevas generaciones que entender y comprender para ofrecerles nuevos retos, y que conformarán muchas de las organizaciones que hoy conocemos, aunque por ahora, son una parte tan pequeña, que no todos los directores actuales de grandes empresas los tienen en consideración, como por ejemplo los denominados Millennials, que en 2025 serán más del 75% de los empleados de las empresas.

Ahora existen profesiones que hace diez años ni habríamos imaginado, las redes sociales y la tecnología han traído otra forma de gestionar las relaciones en diferentes ámbitos, personales o profesionales, barrera que en ocasiones, se entremezcla y no siempre está clara la línea que difiere entre nuestro “yo social” y nuestro “yo profesional”.

Sin duda, hay muchos aspectos a los que debemos prestar atención, y en especial, los profesionales que gestionamos personas, no solo debemos sino que tenemos la obligación de imaginar cuál será el futuro porque ya un empleado no es solo un número, es alguien que representa a la marca, es el principal embajador según dicen muchos, y que en un futuro, no muy lejano, y a pesar de la situación macroeconómica mundial, se planteará cambiar si en su organización actual no siente que está desarrollando sus sueños u objetivos, y por eso, debemos estar atentos para ofrecerles un lugar donde poder desarrollar esos sueños. ¿Qué opináis?.

¿Cuántas veces has oído la palabra Talento?

Supongo que todos los profesionales de RRHH hablamos mucho sobre qué es el Talento, cómo atraerlo, desarrollarlo, retenerlo pero  ¿cuántas veces  hemos  citado “en vano” esta palabra? Detrás de Talento, para mí, siempre están las personas, porque ante todo, desde RRHH trabajamos por y para personas, al menos, así lo creo. 

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No se alcanzarían nuevos objetivos, metas empresariales, desarrollo de nuevas formas de trabajo, productos u otros sin el empuje de una o más personas. Hoy leía la frase de “no existe gran talento, sin gran voluntad”. Sin duda, nos vemos y encontramos reflejados en esta frase a muchos de los profesionales que conforman nuestras organizaciones, y a nosotros mismos. 

Talento se entiende muchas veces como la capacidad para hacer algo de forma extraordinaria o, simplemente mejor que otros pero también puede vincularse a algo que tenemos que practicar, practicar y practicar para lograr hacerlo mejor, así entendido como algo que podemos “desarrollar”.

Para muchos autores el talento se desarrolla, aunque puede ser algo innato también. Por ello, los modelos y definiciones de talento (Frankz Mönks y E. Masson) se pueden clasificar en cuatro grupos:

  • Orientados a rasgos de la personalidad y capacidades;
  • Orientados a los componentes cognitivos;
  • Orientados al logro y al rendimiento,
  • Y orientados a los elementos socioculturales  y psicosociales.

Detrás de la palabra talento, de su etimología, también tenemos referencia a una unidad monetaria utilizada en la antigua Grecia y también presente en el Nuevo Testamento…;  así pues, podemos compartir que la asociación de talento con algo valioso, viene de mucho tiempo atrás.

Ahora, muchas organizaciones tienen el rol de “gestor de talento” que no solo se ubica en los profesionales de RRHH, véase la habitual denominación de áreas en RRHH antes conocida como selección, ahora también identificada como “atracción o adquisición de talento”, sino que ahora se centra en desarrollar a los líderes o gestiores de equipos como “gestores de talento”. Esta es sin duda, una de las claves, en el proceso de desarrollo del talento  debemos dirigir y poner el foco en formar y desarrollar buenos “gestores de talento” y nuestros programas de recursos humanos deberían a ayudar y orientarse hacia esto: ayudar a los gestores de equipos que asuman su rol como “gestores de talento”. Así, conseguirán a atraer a los mejores a su equipo durante el proceso de selección, buscarán formas de motivarles y desarrollarles, porque la suma de sus talentos, ayudará a lograr los objetivos. ¿Qué os parece? ¿Estáis de acuerdo?

 Trabajemos para no “devaluar” la palabra Talento.

Periodo de reflexión y buenos propósitos

Todo tiene un comienzo, como decía en mis primeros posts, pero hay que encontrar una motivación, tiempo y dedicación para continuar con una actividad. Durante algún tiempo he dejado en “stand-by” las publicaciones en el blog pero ahora, y antes de que llegue el nuevo año con su multitud de nuevos propósitos, quiero retomarlo.

Hablar de talento hoy, con una crisis como la que estamos viviendo, no siempre es fácil pero todos tenemos algún talento, y toda una vida para descubrir cuál es. Ayudar a los demás, descubrir nuevos modelos de pensamiento, nuevas fórmulas matemáticas o una forma más fácil lo que hasta ahora hacemos de un determinado modo, eso puede ser un talento.

Para otros, buscar el “talento” es parte de su día a día, buscan los mejores candidatos pero si un buen líder que sepa gestionar ese “talento”, ayudarle a crecer y desarrollarle, poco podemos hacer los profesionales de Recursos Humanos.

Y tú, ¿qué talento tienes? ¿has descubierto el tuyo?

Comencemos un viaje sin final previsto que nos puede aportar y enriquecer cada día. Si no quieres llamarlo “talento”, define aquello que tiene valor y ponle el nombre que te resulte más apropiado.

Todo tiene un comienzo…

Desde que somos conscientes de nuestros primeros recuerdos, sabemos que hay un comienzo en muchas cosas, nuestro primer día de colegio, nuestro primer día en clase, con personas nuevas, el primer día que fuimos en la bicicleta sin ayuda de nuestros padres, el primer día que fuimos de excursión, de viaje en avión, el primer día de instituto, de universidad… nuestro primer día de trabajo, de nuestro primer noviazgo… y así, podríamos enumerar multitud de momentos y recuerdos en los que somos “conscientes” de que todo tiene una primera vez o un comienzo.

Bajo esta premisa, quiero retomar mi experiencia escribiendo (después de colaborar con otros blogs) y compartiendo temas de interés sobre gestión de personas, recursos humanos y otros. Temas todos ellos relacionados con mi profesión, que también es mi pasión: desarrollo de personas y organizaciones.

Las personas somos complejas y eso tiene un aspecto muy positivo, porque podemos tener experiencias muy enriquecedoras gracias a esta “complejidad” pero también tiene momentos más difíciles ya que todos y cada uno de nuestros actos están proporcionalmente influidos por “nuestra percepción” y esa subjetividad que tanto nos caracteriza como especie.

Lo importante son las personas, eso nos decimos cada día todos aquellos que vivimos con pasión los recursos humanos pero, ¿cómo saber si está haciendo bien?, ¿cómo conseguir que realmente se perciba que trabajamos por y para ellos?

Este blog tiene una misión, compartir experiencias, aprender y aprehender juntos, y sobre todo, conversar. ¿Te unes?.